Una nueva vida de posibilidades

Hola,

Soy Andrea Castaño, tengo 37 años y hace un año y medio mi vida cambió por completo debido a la violencia y los problemas de seguridad en mi país, Colombia.

Al principio no sabía a dónde ir, pero un familiar de mi pareja que vive en Italia nos dijo que tenía un conocido en Santander, España, y aquí llegamos.

Al principio es muy difícil, dejar todo lo que conoces: tu familia, tu trabajo, tu cultura, incluso la comida... Es un renacer como persona, porque aunque hablamos la misma lengua, no hablamos el mismo idioma, y lo peor es que cuando llegamos a esta otra parte del mundo, que no conocemos, y no tenemos papeles, todo es más complicado, porque sin ellos no valemos nada.

No tenemos derecho a un trabajo, a poder estudiar, incluso a tener derecho a atención médica, tardamos al menos tres meses en conseguirlo. Pero así son las cosas, sólo tenemos que adaptarnos y hacer lo que podamos para que pase el tiempo.

Lo más importante es conseguir un trabajo, porque comemos todos los días y tenemos que pagar el lugar donde vivimos. He trabajado en invernaderos de tomates, vendiendo churros, limpiando y cuidando ancianos; ha habido experiencias buenas y malas. No ganas mucho, pero poco a poco te ganas la vida.

También busqué un lugar donde formarme en mi tiempo libre, y uno de los primeros sitios a los que acudí fue la Cruz Roja, donde conocí a Cristina, que me ayudó a entrar en un programa de formación del CISE para mujeres inmigrantes que habían sido empresarias en sus países de origen.

En esta formación aprendí muchas cosas, entre ellas que todas pasamos por estas desventajas, que no estamos solas; aprendimos a hacernos más fuertes, nos empoderamos, sacamos virtudes que no sabíamos que teníamos e hicimos fortalezas de nuestras debilidades. Allí conocí a mujeres extraordinarias que ahora considero parte de mi familia, y juntas creamos AMMIEC (Asociación de Mujeres Emigrantes Emprendedoras Inmigrantes de Cantabria).

Durante este tiempo, he conseguido que me reconozcan mis estudios de Formación Profesional, lo que me ha llevado casi seis meses, pero lo importante es que lo he conseguido, y ya tengo mi título homologado. Hace un mes me dieron el NIE y he podido inscribirme en el servicio público de empleo, donde además de poder optar a ofertas de trabajo, tengo acceso a más oportunidades de formación para prepararme para mi futuro laboral.

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